¿Puede un concierto transformarse en un juego?
De la mano de Cuatro Vientos, es lo que sucede desde el comienzo, cuando entran por la platea tocando música circense, ejecutando sus saxos con una mano y estrechando las manos del público, con la otra. El juego sigue hasta el escenario saludándose entre ellos coreográficamente, pero sin dejar de tocar. Y a partir de aquí se plantea el juego, porque…

 
… un concierto inolvidable ¡es un juego!
 Un juego para todas las edades, un espectáculo musical para toda la familia. Dos participantes: el público y los músicos. Única regla del juego: participar.

           

Con consignas de participación muy variadas, desde la explicación de cómo se debe aplaudir, adivinar músicas famosas, acompañar a los músicos con bases rítmicas ejecutadas corporalmente, y hasta subir al escenario a dirigir a Cuatro Vientos con una “poderosa” batuta, además de bailar o gritar alegres sapucays desde la platea. ¿La música? Chamamé, rock, cumbia, jazz, huayno, música de películas, Maria Elena Walsh, Mozart, etc.

 

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